Al margen de su obra de pintor, dibujante, escultor y grabador, Picasso ilustró numerosas obras y de esa manera contribuyó a la difusión de los libros de sus amigos, en particular de los poetas dadaístas y surrealistas Tzara, Breton, Char, Éluard y muchos otros.

Así, iluminó desde Saint-Matorel de Max Jacob [1911], hasta Piromanachvili, de Iliazd [1972],  este último con una punta seca en la contraportada. Durante  todo este tiempo elaboró más de un centenar de libros.

En 1931 Picasso comienza el ciclo propiamente dicho de los grandes libros ilustrados, con la publicación de La obra maestra desconocida de Balzac, seguida el mismo año de Las metamorfosis de Ovidio, y luego Lísistrata, comedia de Aristófanes. Hay una sutil diferencia entre los distintos papeles utilizados y los ejemplares con o sin serie de grabados, siendo los primeros los más caros y buscados.

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Tres libros hechos
a mano por Picasso
y sus amigos

La carta, de Iliazd, de 1948 y La flaca, de Adrian de Monluc, realizado en 1952, son producto de la camaradería que unió por muchos años a Pablo Ruiz Picasso y al poeta Ilia Zdanevitch, ILIAZD.

Ilia Zdanevitch nació en 1894 en Tblissi, Georgia, provincia caucásica del imperio zarista, en el seno de una familia acomodada de intelectuales y artistas.

Iliazd no es un desconocido: es un teórico de la modernidad, maestro retador, conferencista de escándalo, inventor de nuevas formas poéticas, crítico de arte, erudito, bizantinólogo experto, poeta en diversos registros, incansable investigador de autores del pasado injustamente olvidados, y sobre todo un artesano del libro de pintor, campo en el que renovó los cánones.

Ilia Zdanevitch crea la versión rusa del futurismo, proclama que 'el calzado americano es superior a la Venus de Milo', e inventa con Kruchenij la lengua zaoum (en ruso zaoumnyi jazyk o lenguaje transmental, supraconsciente, a manera de comprensión directa sin pasar por la palabra). Aprende también el arte tipográfico, escribe y compone sus primeros libros.

Toda su actividad editorial se hará bajo el signo del Grado cuarenta y uno (°41), una casa editorial que no tiene más sede que su propia persona y que no editó más libros que los suyos.

Desde su llegada a Francia se une a los dadaístas y los surrealistas, frecuenta Montparnasse y reencuentra a algunos de sus amigos, artistas e intelectuales rusos instalados en París. Iliazd vive la agitada vida del París de los años veinte y treinta.

Sin embargo, sólo a fines de los años 30 se convierte en editor de libros valiosos. Ya había publicado más de diez obras, algunas de ellas en zaoum y cuya tipografía era en sí misma una obra de arte, pero con Picasso emprende una colaboración en 1940 que sólo se acabará con la muerte del artista y que da origen a algunos de los más bellos libros del siglo XX.

Cada obra de Iliazd es un objeto de arte. Cada ejemplar es una obra única.
Tal originalidad e inventiva no podían dejar de interesar a Picasso. Con Iliazd no se trata ya del libro ilustrado en el que el artista aporta un valor agregado exterior al libro; se trata en realidad de una obra de colaboración entre el autor-editor y el artista. Interviene un tercer actor cuyo papel es injustamente minimizado por los historiadores: el tipógrafo, con el cual Iliazd conviene la diagramación y la composición. En estos dos libros el tipógrafo es Jacques Snégaroff, quien en su Imprenta Unión fue el primero en imprimir y publicar los libros del poeta en Francia.

De la colaboración entre Iliazd y Picasso nacieron nueve libros, reconocidos entre los más bellos y originales del siglo XX, todos impresos en la Imprenta Unión:
l. Afat, poemas de Iliazd, 1940.
2. Pismo (La carta), de Iliazd, 1948.
3. Poesía de palabras desconocidas, 1949 (con numerosos artistas y poetas).
4. La flaca, texto de Adrian de Monluc, 1952.
5. Caballos de medianoche, con poemas de Roch Grey, 1956.
6. Estela intangible, con texto de Lucien Scheller, 1958.
7. El hermano mendigo-Libro del conocimiento, 1959.
8. Roger Lacourière, pescador de cobre, 1968.
9. Piromanachvili, con un texto de Iliazd, 1972.

Iliazd murió el 25 de diciembre de 1975. En su libro Ledentu el faro, homenaje al pintor Mijail Ledentu prematuramente desaparecido, publicado en 1923, no dudó en tentar a la suerte dándose cincuenta años más de vida, al inscribir en las guardas: "Iliazd 1894-1973". Se equivocó de sujeto: sería Picasso quien moriría en 1973. Iliazd le sobrevivió dos años.

Picasso & Cía.

Tres libros hechos
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La carta

La flaca

Carmen

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