|
La flaca es un texto de un desconocido, Guillaume de Vaux, en quien Iliazd reconoce a otro desconocido, Adrian de Monluc, también denominado
Señor de Cramail o de Carmaing, alias barón de Montesquiou, sobre el cual continuará investigando a lo largo de su vida.
El autor se dirige a una mujer, "una muy delgada, muy menuda y muy flaca señorita". Increpa a esta
desconocida, que es sólo huesos y demasiado flaca para su gusto. En realidad, la dama lo ha rechazado y él se venga esbozando un retrato ridículo de ella.
Juzgado con los parámetros ideológicos de hoy, La flaca es un texto
odioso por su sexismo. Pero es un retrato de una gracia irresistible, sostenido por una loca erudición que recurre a la teología, a la casuística, a la lógica, a la geometría, a la medicina, con una crueldad inagotable. Además, la
lengua del siglo XVII le da una singularidad adicional, quizá no buscada por Monluc. |