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Belisario Betancur y la "prisa por la paz" [1982-1986] Este capítulo está dedicado a documentar la política de paz que se emprendió durante el gobierno de Belisario Betancur. El ícono es el cuadro de Fernando Botero Sin título,
que representa la paloma de la paz, símbolo de ese gobierno; en cuanto a los objetos en este espacio se pueden apreciar un cuaderno de poemas del EPL, dos cartas de Jacobo Arenas (miembro del Estado Mayor de las FARC), en las que reconoce el llamado del gobierno a iniciar las conversaciones de paz y plantea una serie de propuestas que permitirían alcanzar un cese al fuego; algunos muebles incinerados que quedaron luego de la toma del Palacio de Justicia; una carta de Jaime Castro, ministro de Gobierno, en la cual ofrece el apoyo gubernamental al movimiento político de la Unión Patriótica (UP), siempre y cuando este hecho contribuya a la construcción de la paz, y el cuadro
La victoria de la paz del maestro Alejandro Obregón. |
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La paz como premisa presidencial La situación de
confrontación con los grupos alzados en armas llevó a que la reconciliación nacional fuese uno de los temas principales durante las elecciones presidenciales de 1982. Betancur hizo un llamado al diálogo para alcanzar la paz. Aceptó
que las causas de la violencia tenían raíces sociales, y combinó la negociación con la generación de desarrollo en municipios afectados por la violencia.
Durante el período de Betancur se firmó, en 1984, un acuerdo
con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que comprendía, entre otras cosas, el cese al fuego, la condena de acciones terroristas y la posibilidad de organizarse políticamente. También se firmaron acuerdos de cese
al fuego con el Movimiento 19 de abril (M-19), el Ejército Popular de Liberación (EPL) y la Autodefensa Obrera (ADO). El gobierno, por su parte, se comprometió a cesar las acciones en contra de estos grupos y a adelantar
investigaciones relacionadas con el respeto a los derechos humanos. También se firmó un acuerdo con dos destacamentos del Ejército de Liberación Nacional (ELN), organización que desconoció la existencia de los mismos.
No
obstante la voluntad para adelantar el diálogo, los enfrentamientos entre las guerrillas y el ejército no se detuvieron. Varios sectores del gobierno y de la sociedad civil estuvieron en desacuerdo con el proceso y se abstuvieron
de apoyar la fórmula de los acercamientos. La violencia del narcotráfico, el paramilitarismo, la falta de coordinación entre las instituciones del Estado, sumadas al incumplimiento de los términos por parte de los actores
involucrados, llevaron al rompimiento de la mayor parte de los acuerdos en 1985. Sin embargo, las FARC anunciaron la creación de la Unión Patriótica y el 2 de marzo de 1986 prorrogaron su período de tregua.
Unos pocos
adelantos en materia de paz no borraron las secuelas de la toma y contratoma del Palacio de Justicia en noviembre de 1985. De esta manera, el primer intento de negociación y reforma se vio estancado. |
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Durante estos dos gobiernos las políticas de paz contemplaron como condición para la incorporación política el fin de las acciones armadas
por parte de la guerrilla. Sin embargo, en el gobierno de Gaviria se introdujeron modificaciones a estas premisas; una de ellas consistió en eliminar la condición de cese al fuego para negociar.
La política de paz del
gobierno de Virgilio Barco se puede entender en dos fases. La primera centralizó las distintas comisiones de paz en la Consejería Presidencial para la Reconciliación y, antes que el diálogo, puso su atención en la recuperación de
la legitimidad del gobierno por medio de la solución de conflictos económicos y sociales. En 1988, el secuestro y la liberación de Álvaro Gómez, ex candidato presidencial conservador, marcaron una segunda fase que se caracterizó
por la negociación y la apertura de un espacio político para la guerrilla. Como estrategia para lograr la transformación social del país, Barco cristalizó la reforma política mediante el apoyo a la iniciativa de la "Séptima
papeleta", con la cual el pueblo votó a favor de la Asamblea para reformar la Constitución. El proceso fue paralelo a la negociación exitosa con el M-19, que concluyó el 9 de marzo de 1990.
En medio de la violencia generada
por el narcotráfico, otros grupos, como el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), el EPL y el Movimiento Armado Quintín Lame, manifestaron su interés por participar en la Constituyente. Con el primero se suscribió el
acuerdo final el 25 de enero de 1991, que implicó la participación de uno de sus dirigentes en la Asamblea. El acuerdo final con el EPL, firmado el 15 de febrero de 1991, reintegró 2.000 combatientes y dio lugar a que dos de
sus miembros participaran en la Asamblea. De la misma manera, un miembro del Quintín Lame participó en dicha Asamblea, luego del acuerdo final del 27 de mayo.
El gobierno de Gaviria adelantó una política en la que el diálogo
era apenas un componente de la paz. Además, una veeduría internacional y diversos sectores de la sociedad fueron integrados a la negociación. Durante su mandato, se afirmó que se negociaría la dejación de armas y la incorporación
de los guerrilleros a la vida civil, mas no el proyecto político de las guerrillas. Gaviria estuvo dispuesto a negociar con las FARC y el ELN para que pudieran participar en la Constituyente. Su estrategia también combinó la acción
de las Fuerzas Armadas y, por ello, el mismo día de las elecciones para elegir los miembros de la Asamblea Constituyente, se realizó el asalto a Casa Verde, campamento de las FARC desde 1984.
Este período marcó un
cambio importante en la naturaleza de las guerrillas debido a la caída del socialismo en Europa y a la situación en Centroamérica, donde avanzaban las conversaciones con los grupos insurgentes de El Salvador, mientras el sandinismo
nicaragüense se convertía en oposición política del gobierno. Las diferencias entre las organizaciones que conformaban la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar dificultaron el proceso de negociación, así como el rechazo de esta
última al modelo que se había implementado con los otros grupos guerrilleros.
Para 1993, las negociaciones con los grupos guerrilleros se habían estancado. Entonces se promovió la desmovilización de facciones o individuos.
A pesar de las dificultades, se realizó el proceso de paz con un grupo disidente del ELN, la Corriente de Renovación Socialista, que culminó en 1994. Ese año también se firmaron acuerdos de paz con tres grupos de las milicias
urbanas de Medellín y el 30 de junio se suscribió un acuerdo con el frente Francisco Garnica Narváez, disidencia del EPL. |
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