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En la obra de Picasso no se puede hablar de estilo, ya que su necesidad de expresarse lo llevó a agotar las formas de expresión y a derribar
mitos, incluso aquellos que él mismo había creado. Sin embargo, su producción artística está caracterizada por el tratamiento reiterado de una serie de temas sobre los cuales desarrolló innumerables variaciones. Sus pinturas,
dibujos, grabados, cerámicas, esculturas, carteles y escenografías para teatro están elaborados a partir de objetos cotidianos, personajes de circo, la mitología, la guerra, la paz, sus espacios de creación, sus amantes, sus
amigos y él mismo.
Hablar de la obra de Picasso es, en definitiva, hablar del siglo XX; de un artista y un hombre que hizo de su obra el más fiel testimonio de los retos que impuso el siglo que acaba de concluir.
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