¿Sabe usted si Picasso ya estuvo en Colombia?

    La presencia y el reconocimiento de Picasso en Colombia están asociados a la difusión de los movimientos de vanguardia en el siglo XX.

    La primera vez que se realizó una muestra de arte moderno en el país fue en 1922, cuando en Medellín y Bogotá se presentó una exposición de pintura contemporánea francesa, que se exhibió en la capital en el Pabellón de Bellas Artes, localizado en el Parque de la Independencia. Esta exhibición dio pie para introducir algunos conceptos de los ismos, gracias a una serie de conferencias organizadas por la entonces 'Sociedad de Embellecimiento de Bogotá', en las cuales se puso sobre la mesa una discusión acerca de las tendencias artísticas contemporáneas.

    No obstante, hubo que esperar hasta la década de 1940 para que el arte moderno irrumpiera en la historia colombiana de la mano de jóvenes artistas como Obregón, Botero, Wiedemann, Ramírez Villamizar, Negret y Grau, entre otros.

    En 1954 Karl Buchholz fue el encargado de traer por primera vez a Picasso a la capital con 38 litografías numeradas y firmadas. Con la llegada al país de la crítica argentina Martha Traba, en el mismo año, se dio inicio a una etapa de divulgación y debate en torno a las vanguardias. Sin embargo, éstas no serían plenamente reconocidas hasta 1958, cuando Botero, Obregón y Ramírez obtuvieron honrosos premios nacionales e internacionales.

    Posteriormente, la Biblioteca Luis Ángel Arango realizó en 1966 la exposición Pintura francesa contemporánea en América del Sur, en la cual se exhibieron 167 óleos, entre los que se encontraba El violín [1914] de Picasso.

    Durante la década de 1970, el Museo de Arte Moderno trajo algunas obras del pintor español provenientes de las colecciones del MOMA: en 1970 llegó a Colombia la obra Tres mujeres en la fuente, considerada el cuadro más importante de Picasso que se ha exhibido en el país, el cual formó parte de las actividades realizadas con motivo de la inauguración de la nueva sede del Museo de Arte Moderno de Bogotá, localizada en las intalaciones de Bavaria del Centro Internacional.

    Al año siguiente, el MAM realizó la exposición temporal Dadá y el Surrealismo, en la cual figuraban cuatro obras de Picasso: los óleos sobre tela Bañista y cabina [1928] y Bañista sentada [1930]; el dibujo en pluma y tinta sobre papel Dos figuras en la playa [1933] y el aguafuerte Aire grandioso [1936].

    Más tarde, en 1972, el Museo de Arte Moderno presentó la Suite Vollard: 100 grabados realizados entre 1930 y 1937 que ilustran temas como el acróbata, la minotauromaquia, el centauro y el taller del escultor, y en 1979 exhibió la Colección Joan y Lester Avnet: Un tesoro del dibujo moderno, en cual se incluían tres obras del artista: el carboncillo Dos desnudos [1906]; el dibujo en crayón y plumilla Leños ardiendo [1945] y la pieza en aguada, plumilla y tinta con pincel Figuras [1967].

    En el año de 1974 la Biblioteca Luis Ángel Arango exhibió 29 litografías denominadas Retratos imaginarios, realizadas por Picasso en 1969. Para 1986, nuevamente la Biblioteca Luis Ángel Arango exhibió una obra de Picasso: La familia Soler [1903], óleo que formaba parte de la exposición Obras Maestras del Museo de Lieja.

    En 1992, el MAM presentó por segunda vez una parte de la Suite Vollard proveniente, en esta ocasión, de Madrid, España.

    En 1994, como parte de la muestra Obras escogidas.Museo de Arte Moderno de Sao Paulo, la Biblioteca Luis Ángel Arango exhibió el óleo Toilette [1906] y en 1997, en la exposición En torno a la figura. Cuátro décadas de la pintura francesa, proveniente del Centro Georges Pompidou de París, los visitantes pudieron apreciar los óleos Mujer acostada sobre diván azul [1960] y Mujer orinando [1965].

    Aunque diversas piezas de la obra de Pablo Picasso ya se habían exhibido en Bogotá, y la Suite Vollard fue el primer intento por mostrar la obra del artista en un contexto coherente, esta es la primera vez que se presenta en Colombia una muestra que de manera simultánea exhibe piezas de pintura, dibujo, escultura y decoraciones para teatro realizadas a largo de toda su producción artística, que permitirán que el Museo propicie en los visitantes una reflexión en torno a la evolución de su obra y al aporte hecho por este español en la revolución artística del siglo XX.

    Sylvestre Verger, organizador internacional de la muestra, afirma: 'más allá del valor simbólico que tendrá la exposición de Pablo Picasso en Colombia, dadas las actuales circunstancias de orden público, la originalidad será el sello inolvidable de esta muestra en el Museo Nacional de Colombia'.

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