|
Sala 1 Pintura italiana Fra Angelico [1396? – 1455] San Nicolás de Bari [1424-1425], San Miguel [1424]
Vittore Crivelli [Ca. 1485 – 1532] Cristo de Piedad o Piedad Bernardino Luini [ Ca. 1485 – 1532] Retrato de mujer joven Antonio Solario [activo 1500 – 1525] Virgen y el niño Guido Reni [1575 – 1642]
David decapitando a Goliath Giovanni Battista Caracciolo [1578 – 1635] José y la mujer de Putifar Carlo Dolci [ 1616 – 1686] San Juan Evangelista Elisabetta Sirani [1638 – 1665] Alegoría de la música
Canaletto [1697 – 1768] Plaza de San Marcos Bernardo Belloto [1721 – 1780] La torre de Marghera Giandomenico Tiepolo [1727 – 1804] Retrato alegórico de mujer joven como Flora
Los italianos se alejaron del Gótico que habían aceptado con ciertas reservas. El arte italiano no fue en absoluto homogéneo, ya que las ciudades de la
península, a menudo rivales, atestiguaron el paso de diferentes escuelas y estilos.
El nacimiento de la pintura italiana como tal, se desarrolló principalmente en Siena y en Florencia. Aunque a lo largo del siglo XV todavía
se encontraban manifestaciones del gótico tardío, la mayoría de los artistas, a partir del siglo XIV, buscaron crear un nuevo estilo, menos rígido y más expresivo. Indudablemente, Giotto fue el visionario de este nuevo estilo. La
expresión de sus figuras, el movimiento de las formas, así como la interpretación, tanto de las formas como del espacio, marcaron un rompimiento con el medioevo.
Con el florecimiento de la filosofía humanista y la
propagación del mecenazgo, durante el siglo XV, Florencia disfrutó, de manera definitiva, del rango de capital cultural. Para el mismo momento, Venecia permanecía apartada y bajo la influencia marcada por los países del norte.
Durante la segunda mitad del siglo XV, los talleres provinciales surgieron alrededor de Florencia. Los más notables fueron los de Orvieto, Perugia y Ferrara.
Al final del siglo XV hubo un relevo: Roma, bajo el impulso del
poder pontificio, se convirtió en el principal polo de atracción para los artistas, en particular para dos genios: Rafael y Miguel Ángel. Así nació el Manierismo, que puede definirse como una tendencia artística, que en vez
de crear formas, se inspira en modelos ya existentes y con frecuencia se acerca a una representación artificial.
Con la Contrarreforma, inaugurada por el Concilio de Trento, los pintores italianos de finales del siglo
XVI evolucionaron de manera diferente. Primero se presentó el retorno de cierto 'clasicismo' y después Caravaggio trajo un estilo realista, considerado extravagante por los críticos, pero seguido por un gran número de sus
contemporáneos; durante el siglo XVII Italia, y pronto toda Europa, presenciaron la emergencia de un nuevo estilo que floreció principalmente a través de la arquitectura y los diseños monumentales: el Barroco. Luego, durante el
siglo XVIII en las ciudades de Génova y Venecia, principalmente, tuvo lugar el cambio del Barroco al Rococó. |