 |
 |
 |
|
Los autorretratos Toledo ha dedicado siempre un espacio dentro de su obra para ejercitar el autorretrato. Tanto en sus pinturas como en sus fotografías y estampas, su rostro está
suspendido entre la figuración y la abstracción. Sus imágenes revelan y ocultan la compleja identidad de Francisco Toledo.
En esta serie de autorretratos los tonos del aguafuerte y las líneas agudas de sus
xilografías refuerzan las imágenes donde vemos al artista en diferentes contextos. Sobresalen los autorretratos de Toledo absorto trabajando, desnudo y en compañía de sus fieles acompañantes del reino animal.
|
|
|
|
La muerte La muerte es uno de los personajes más inquietantes dentro del universo de Toledo; él la desafía y la dibuja como un ser sexuado. La vemos encarando diversas acciones: saltando
cuerda con perros o micos, en compañía de chapulines (grillos) o ranas y, finalmente, peleando con iguanas y conejos que le dan muerte a la misma muerte.
Como personaje, la muerte que nos presenta Toledo tiene
influencias tanto de la cultura popular mexicana como de la historia del arte. Su representación tiene un carácter ambiguo que, por un lado, preserva parte del humor y la ironía de las calaveras del Día de los Muertos
(fiesta del 31 de octubre) y de los grabados de José Guadalupe Posada [1852-1913], y por otro, conserva parte de lo siniestro y lo oculto de los grabados de James Ensor [1860-1949] y Alberto Durero [1471-1528].
|
|
|
|
La fauna de Toledo A lo largo de su obra, el artista ha incorporado un sinnúmero de animales que forman parte de su fauna circundante: iguanas, chapulines (grillos), rayas, cocodrilos,
sapos y pájaros son ejemplos de la fauna que puebla su trabajo y está presente en esta muestra gráfica.
A diferencia de los artistas europeos que con el descubrimiento de América revelaban una fascinación por el
carácter exótico de los animales del continente, Toledo retrata los animales que le son familiares y hasta cierto punto forman parte de su gastronomía. Es así como las iguanas nativas de Juchitán se ven extrañas, como
dragones, ante los ojos intrusos, mientras que a Toledo le recuerdan el fervor con que su padre solía degustarlas.
Su fauna personal sirve de alguna manera como mediadora entre el público y su obra. Toledo
examina los animales y los retrata cargados de una personalidad singular. A veces los vemos como personajes de fábulas, ejerciendo acciones y experimentando sentimientos humanos o abstraídos en diversas empresas y como
acompañantes que intercalan papeles con el mismo artista y hasta con la muerte. |
|
|