Obras maestras de la Colección BBVA. Pintura española de los siglños XV al XX

Obras maestras de la Colección BBVA en Colombia
La Colección BBVA está conformada por más de 3.000 obras entre las que se cuentan pintura, escultura, tapices, abanicos y piezas de artes decorativas.  Para la presente exposición temporal el historiador Francisco Calvo Serraller, exdirector del Museo del Prado, realizó una selección de 44 pinturas a través de la cual buscó no sólo reunir ejemplos magistrales de la pintura española, sino ilustrar y revelar, hasta donde es posible, la sensibilidad y el gusto español.

La exposición se exhibe en nuestro país del 29 de septiembre al 14 de noviembre en la Sala de Exposiciones Temporales Gas Natural del Museo Nacional de Colombia con un montaje sobrio en el que se privilegian las obras, agrupadas en tres grandes ejes temáticos:
Conformación de la Escuela Española,
El legado de Goya e Informalismo y Nueva Figuración.

Antes de entrar a dar detalles cada uno de estos capítulos es necesario hacer una mirada histórica a lo que en la actualidad se conoce como Escuela Española.


Escuela Española
La pintura española, a diferencia de la de otros países europeos, no fue considerada inicialmente como una escuela, debido a que en el siglo XVII, cuando se configuraron las escuelas artísticas nacionales, el Imperio Español, en decadencia, encarnaba valores opuestos a la política y la cultura progresistas de otras naciones europeas: era un sistema feudal, contrarreformista y ardientemente religioso, situaciones que la confinaron al aislamiento.

Sin embargo, en el siglo XIX, cuando el Romanticismo* apareció como respuesta al gusto Neoclásico, que rendía culto a las culturas griega y romana, España resurgió como un centro de interés y  sus pintores  fueron reconocidos internacionalmente. Se habló por primera vez de una Escuela Española.
*(movimiento artístico que se caracterizó por privilegiar las emociones y los sentimientos y cuyo género principal fue el paisaje atmosférico).

No obstante, dicho reconocimiento se dio entre los siglos XIX y comienzos del  XX y a él contribuyeron, en primer lugar, la apertura del Museo del Prado [1819] y del Museo Español en París [1838], que presentaron de manera conjunta una colección de pintores españoles, así como el descubrimiento de Goya, Velásquez y El Greco por parte de los artistas de vanguardia de los siglos XIX y XX, entre ellos Edouard Manet y Pablo Picasso.


Conformación de la Escuela Española
En esta sección se presentan 14 obras a través de las cuales se puede apreciar la búsqueda y caracterización de un gusto español entre los siglos XVI y XVII y la aplicación en ese período de la nueva visión del Renacimiento italiano.

Aquí se encuentran dos tablas de los santos Orencio y Paciencia, piezas ejemplares del gótico; La Virgen con el niño y el ángel, de Juan de Soreda, en la que se revelan las influencias de los grandes maestros del Renacimiento y se  ve la creciente orientación moderna de la pintura española, que alcanzó en la segunda mitad del siglo XVI cuotas de calidad y cosmopolitismo sorprendentes. Asimismo, en los retratos de Juan Pantoja de la Cruz y del Círculo de Sánchez Coello se puede ver el arte cortesano que surgió durante el reinado de Felipe II.

Con la obra de Tomás Hiepes, se presenta una muestra del bodegón español, que a pesar de ser considerado en ese momento como un género menor, alcanzó gran esplendor en España precisamente por su estilo naturalista.
 

Juan de Soreda
Virgen con el Niño y un ángel
Ca. 1530
Óleo sobre madera
138 x 67.5 cm

Se exhiben, además, los cuadros de Bartolomé Esteban Murillo, considerado como uno de los grandes pintores españoles. Este artista fue fundador de la denominada Escuela sevillana, que surgió en la metrópoli española en el último tercio del siglo XVII,  y fue reconocido internacionalmente aún antes de que se hablara en el siglo XIX de una Escuela Española.

Los cuadros de Murillo son escenas religiosas que reflejan el espíritu de la Contrarreforma y en los cuales la iconografía católica se revigoriza. Dentro de su pintura fue muy importante la nueva representación de la Inmaculada Concepción y de San José, que buscó fortalecer entre los creyentes el dogma de la Virgen y la importancia de la familia.

Murillo tuvo gran trascendencia en América, ya que Sevilla fue el único puerto de entrada a este continente y su pintura fue el punto de referencia obligado para los pintores coloniales.

Por último, se presentan ejemplos de la pintura cortesana de la Escuela de Madrid, fundada por Diego Velázquez, con dos cuadros de Juan Carreño de Miranda, uno de sus seguidores más importantes.
 


El legado de Goya
Esta sección está dedicada a la pintura española a partir de Francisco de Goya, quien se inmortalizó por la intensidad de su obra gráfica y su ruptura temática frente a la academia española. Goya plasmó en sus lienzos una mirada crítica a los acontecimientos de su tiempo y dio un testimonio de los personajes y tradiciones que habían permanecido ocultos bajo el destello de la pintura religiosa y cortesana.

Francisco Calvo Serraller, curador de la muestra, afirma: "Fue Goya, sin duda, quien, entre sus contemporáneos, mejor se percató de la fantástica herencia de la pintura tradicional española, y, en especial, del legado de Velázquez, pero estando a la vez  muy atento a las novedades del siglo, logrando de esta manera 'modernizar' la Escuela Española, que él coronó y proyectó hacia el naciente mundo contemporáneo".
 

La obra de Goya ofreció un testimonio del surgimiento del nacionalismo español como respuesta ante la crueldad de la invasión Napoleónica, pero también dio cuenta del enfrentamiento de dos propuestas antagónicas para la construcción del futuro nacional: la permanencia de lo monárquico frente a un cambio hacia el modelo republicano que nació con la Revolución Francesa.

De esta manera, en dos óleos que presentan por primera vez en Colombia la obra pictórica de Goya, Retrato de Carlos III cazador y Don Pantaleón Pérez de Nenín, se aprecia no sólo la evolución del artista, quien en sus inicios fue pintor de la corte y más adelante siguió la ideología republicana, sino que evidencia el dilema en el que se debatían en ese momento los españoles.

De hecho, tras pintar a Carlos III, un retrato típicamente cortesano inspirado en una imagen realizada por el propio Velázquez, treinta años después Goya inmortalizó a Pérez de Nenín, quien se convertiría en uno de los más importantes líderes republicanos.
 

Francisco de Goya
Retrato de Carlos III, cazador
Ca. 1787-1788
Óleo sobre lienzo
209 x 125 cm

A partir de Goya la representación que se hizo de España se enriqueció: se hicieron a la par de las escenas idealizadas de estilo romántico, miradas críticas que bajo el nombre de Veta brava se consolidaron como seguidoras del estilo goyesco.

En esta sección también están presentes los artistas que a finales del XIX y durante la primera mitad del siglo XX, recibieron la influencia de la Generación del 98, movimiento literario que nació como reacción ante la pérdida, en 1898, de las últimas colonias importantes de ultramar y que hizo un llamado para volver a las raíces más puras de lo español: Castilla. Esto llevó a los pintores a proponer una mirada de la nacional que destacara la diversidad regional española a través de los géneros del retrato y el paisaje.

Francisco Calvo opina al respecto: "la pintura de paisaje española entre el último tercio del XIX y el primero del XX estuvo fecundada y atrapada por el profundo debate cultural sobre cómo interpretar la identidad de lo español, lo cual creó muy diversos modelos de imagen física, cada uno de los cuales, respondía, a su vez, a sendas visiones morales y políticas de la realidad del país. Estas dos posiciones terminaron en oposición entre una 'España Negra', que actualizaba la visión de Goya, y una 'España Blanca' que revindicaba la alegría de vivir del mundo mediterráneo".
 

Ejemplos de ello son Retrato de una dama, de Raimundo de Madrazo; Marina, de Eliseu Meifrén; dos cuadros de Joaquín Sorolla y los paisajes de Darío de Regoyos y Santiago Rusiñol, obras realizadas al amparo de corrientes como el simbolismo o el fauvismo pero siempre dirigidas hacia lo español desde el paisaje y el retrato.

No obstante, es necesario aclarar que los artistas presentes en la Colección del BBVA son aquellos que si bien se formaron en París o en Holanda, realizaron su producción en España, a diferencia de aquellos que en su momento llevaron a cabo su obra por fuera del país y descollaron en las vanguardias.
 

Raimundo de Madrazo
Retrato de una dama
Ca. 1900
Óleo sobre lienzo
76.5 x 63.5 cm

Eliseu Meifrén
Marina de Cadaqués
Ca. 1886
Óleo sobre lienzo
72.5 x 72.5 cm


Informalismo y Nueva Figuración
Bajo este nombre se presentan las obras de los artistas que se dieron a conocer en la segunda mitad del siglo XX, tras la guerra civil. Estos pintores emprendieron una búsqueda estética y plástica que los alejó de la representación oficial de España, poblada de escenas folclóricas y paisajes regionales.

Así, surgió un arte español  internacional que pretendió por un lado, una nueva representación de  identidad, y, por otro, la experimentación de un lenguaje que iba más allá de lo estrictamente español.

Si bien inicialmente estos pintores fueron incomprendidos por el régimen franquista, a la postre fueron ellos mismos los encargados de presentar ante el mundo una imagen moderna de España.
 

En esta sección se exhiben obras de los artistas que figuraron en España y de aquellos que hicieron parte de las vanguardias  internacionales del momento.

Se  encuentran aquí piezas de Antoni Tàpies, el representante por excelencia del Informalismo catalán, una corriente de la pintura abstracta que se caracterizó por la gestualidad, el lirismo y la experimentación con materiales nuevos como tierra y polvos de mármol, entre otros; obras de José Guerrero y Antonio Saura, miembros del grupo madrileño El Paso, que  el década de los años 1950 presentó un manifiesto en el que se promulgó una posición crítica  ante el arte oficial y un Sin título de Esteban Vicente, quien hizo parte de la Escuela de Nueva York, en la que sobresalió Jackson Pollock. Asimismo se presenta un cuadro de Antonio López, fiel representante del realismo madrileño.

 

Antoni Tàpies
Forme gris bleuâtre
1955
Técnica mixta sobre lienzo pegado a tabla
72.5 x 91.7 cm

Gracias a la calidad de la Colección BBVA, esta muestra permite dar una mirada profunda a cinco siglos de pintura y descubrir nuevos artistas que hoy en día son el centro de investigación de la comunidad académica española.

Si desea visitar la exposición virtual de la Colección que se exhibió en la Sala BBVA, Palacio del Marqués de Salamanca [Madrid], haga click aquí.
 

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