Un país de telenovela presenta la incursión y apropiación en el país de un género televisivo que entre 1984 y 1994 mostró la diversidad regional de Colombia: la telenovela.
La muestra está conformada por una selección de 10 telenovelas innovadoras, en cada momento, mediante las cuales los realizadores colombianos incursionaron en la Costa Caribe, el Tolima, el Valle del Cauca, los Llanos orientales y las montañas de Antioquia y el Eje Cafetero.
Este es un proyecto del Ministerio de Cultura, a través del Museo Nacional de Colombia, con el patrocinio oficial del Canal Caracol y el apoyo de la Asociación de Amigos del Museo Nacional y el Canal RCN.
“La telenovela costumbrista colombiana tomó un claro distanciamiento del modelo tradicional mexicano y venezolano, para constituirse en un referente de identidad”, enfatiza Andrea Cote Navarro, comunicadora social y curadora invitada de la exposición.
Asimismo agrega: “Las facilidades técnicas, una mayor destreza en el manejo de la imagen, la inversión económica y la popularización de la televisión a color, fueron algunos de los factores que sacaron las cámaras de los estudios y las llevaron a mostrar la riqueza de la geografía nacional”.
Según realizadores y analistas de televisión, el cambio de década marcó un crecimiento inusitado en la calidad de las producciones, gracias a la incorporación de personal y técnicas provenientes del mundo del cine, como se aprecia en Azúcar, La casa de las dos palmas y Escalona.
¿Por qué una exposición de telenovelas en el Museo?
El Museo Nacional de Colombia, acorde con las políticas del Ministerio de Cultura, inició en el 2007 un programa de exposiciones que busca generar nuevas formas de entender la construcción de la nación en el siglo XX. Esta línea de trabajo busca resaltar a través de temas de investigación como el de los medios de comunicación, la irrupción de distintos factores que intervienen en las esferas de lo político y lo público, enmarcados en un periodo de tiempo que va de 1948
a 1991.
Con cada exposición se pretende dar una mirada específica, que apunte a construir una historia social ajena a las narrativas lineales y a las cronologías que hasta ahora ha privilegiado el Museo. De igual forma, los elementos identificados en cada uno de los ejercicios curatoriales buscan incrementar y diversificar las colecciones; a la vez que señalan imaginarios sobre las diversas formas como nos representamos los ciudadanos.
Un país de telenovela
Un primer acercamiento a la historia del país, a través de las imágenes que produce y lo reproducen, fue iniciado con la exposición ¡Acción! Cine en Colombia, en el 2007. Ahora, con Un país de telenovela, el Museo se pregunta por las representaciones de nación que se difundieron, entre 1984 y 1994, a partir de este género melodramático por excelencia.
De acuerdo con el investigador Jesús Martín Barbero, quien inspiró la realización de este proyecto, fueron estas novelas las que nos prepararon para llegar a la Constitución de 1991, donde por primera vez se incorporó al discurso del país su pluralidad y su diversidad cultural. Las telenovelas Pero sigo siendo el rey, Gallito Ramírez, San Tropel, Caballo viejo, Quieta Margarita, Azúcar, La casa de las dos palmas, Escalona, La potra zaina y Café con aroma de mujer, entre otras producidas en ese período, permitieron que los televidentes descubrieran los aspectos positivos de las regiones colombianas, anteriormente reducidas a chistes y estereotipos. De esta manera y conforme con la tesis de Martín Barbero, la televisión se convierte en un lugar de encuentro, al mismo tiempo que se evidencian y se reconocen las diferencias regionales.
Esta es apenas una pequeña contribución a una gran tarea de salvaguardia de archivos audiovisuales que deben realizar instituciones privadas y públicas, para que la historia y la memoria de las imágenes que el país ha venido construyendo de sí mismo puedan ser estudiadas y difundidas en el futuro.
Los temas de la exposición
La curaduría de la exposición evidencia cómo los equipos de producción investigaron la historia y la cultura de aquellos lugares, identificaron los rasgos más característicos de sus habitantes y crearon representaciones que han influido fuertemente en la imagen que hoy tenemos de nuestro país. Estas representaciones se presentan, haciendo énfasis en elementos como la oralidad, la música, el paisaje, la religiosidad y las creencias, los oficios y el vestuario.
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