El presente artículo es una reflexión sobre los retos que el Museo Nacional de Colombia enfrenta como una entidad que continua coleccionando al comenzar el siglo XXI y las innovaciones que una tarea como ésta demanda. El Museo es una institución con colecciones de antropología, arte e historia, cuya tipología tripartita invita a formular la siguiente pregunta: ¿por qué los museos nacionales deben coleccionar arte contemporáneo? Junto a esta pregunta central aparecen otros cuestionamientos puntuales: ¿cuál es el papel desempeñado por el arte contemporáneo en un museo multidisciplinar? ¿Qué puede representar el arte contemporáneo que no representen los objetos testimoniales? ¿Cuál es el papel del arte contemporáneo frente a la representación de eventos históricos y en la creación de iconografías sobre dichos eventos?